23 enero 2006

ESTA SOY YO




Te gusta charlar, ¿de qué temas?

Las temáticas que más me interesan se relacionan con el arte en sus distintos aspectos (la literatura en primer lugar, la música, la plástica, el arte web también es un lindo tema, la fotografía, la educación, porsupuesto; y obvio, charlar de los sentimientos de la vida...).
Por ejemplo, acerca de una obra pictográfica, de un artista plástico del cual conozca su obra. También me interesa oír lo que hacen los músicos. Tal vez no sepa de sonidos, notas, covers, etc... Pero me interesa oír lo que hacen los compositores, dónde se reúnen...(Actualmente puedo decir que he alcanzado estas metas relativas al feedback con la música)
Por otro lado, me agrada conversar con otros escritores, poetas y gente que se manifieste a través de artesanías, escritos, composiciones de todo tipo, etcétera. Y hablar con gente que sepa de informática también me gusta, pues aprendo mucho...


¿Cómo sería tu cita ideal? ¿En qué cosas pondrías atención?

Si bien estoy un tanto madura para pensar en una cita ideal, yo diría, la soñada debería de ser en un lugar con mucha naturaleza. Un bosque, la campiña, la vera de un río. Pondría atención en lo que rodea a la escena; creería importante un lugar muy solitario, reservado, acogedor, con la calidez de lo cotidiano.
Me interesaría que no hubiese cosas que distrajeran los pensamientos. Sólo las aves en el cielo, el verde a mis pies... el trinar de los pájaros como fondo musical... y el compañero anhelado, obvio.

¿Te gusta la televisión? ¿Qué programas ves más?

No me gusta mucho la televisión. Los programas que más me gustan son las películas románticas, los cortometrajes, los videos musicales, los biográficos... también los documentales acerca de la naturaleza y los adelantos científicos—en especial los relacionados con la medicina alternativa— las curas a diversas enfermedades, etc .Lo esotérico también me llama la atención.

¿Vas al cine?¿Cuál es la última película que viste?

No voy seguido al cine. No veo películas; me las hago...Las últimas fueron Cadena de Favores,El Pianista y El Mago.

¿Qué film es tu predilecto?¿Por qué?

Predilecto o favorito sería aquel que no me cansaría de ver—ya sea por la temática o por el rodaje de la película- Ghost, la sombra del amor; Lo que el viento se llevó; Help; Cinema Paradiso.(En verdad son varios...)

¿Quién es tu cantante, actor, comediante, pintor, escritor, etc. favorito (si lo tenés)?

Cantante-compositor: Charly García (Carlos Alberto García Moreno Langhe)
Actor: Kevin Costner
Comediante: Alberto Olmedo
Pintor: Aniko Szabó
Escritores: F.G.Lorca-Pablo Neruda-G.Mistral-M.Di Marco-Pablo De Santis-G.G.Márquez

¿Qué literatura te gusta?¿Qué leés últimamente?

El género lírico y narrativo. Shorts Stories. Cuentos realistas. Policiales.
Durante el reposo de esta entrevista leí Cuentos para mujeres solas(autores varios),El Muro de Klaus Kordon , El Anticristo de Nietzsche y La caza de hackers de Bruce Sterling

¿Cómo considerás tu carácter?

Me atrevo a decir que actualmente tengo un buen carácter, paciente, permito hablar y escucho. Años atrás era un tanto más impulsiva. Ahora aprendí a contar hasta 8 antes de reaccionar...me cuesta llegar al 10, confieso
Variadas mañanas prefiero despertar sola y no conversar con nadie hasta que no pasen unas horas, pues suelo despertar de mal genio. Si me dejan medio hora vuelvo a mi normalidad...
Soy bastante reservada, reflexiva, me gusta el silencio ya que vivo razonando y analizando lo que me sucede a cada instante. Jamás tengo muy planificado lo que vendrá por lo cual dependo para organizarme de ese silencio para el momento que vendrá.Y a pesar de esto me considero muy metódica.
A veces soy un tanto impulsiva cuando quiero con fervor aquello que deba defender. En ocasiones suelo entablar fuertes discusiones por diversos temas y uno se ciega cuando lo apasiona algo y apuesta a eso.

Enumerá tus mejores virtudes.

La paciencia. La capacidad de escucha. La responsabilidad, perseverancia y espíritu de lucha. La fortaleza.

¿Si fueras un animal cuál serías?

Si fuera un animal sería una mariposa o un cisne. El primero porque la transformación de este insecto es algo que yo considero notable y el cisne por el famoso relato tradicional El patito feo. Me identifico con la historia...

¿Qué es lo que valorás de tus amigos?

Valoro la capacidad de contención y comprensión. El respeto y la aceptación del otro tal cual es. El buen sentido del humor. Los consejos. La confianza depositada. La compañía. La sinceridad y la lealtad sobre todo.

Enumera aquello que considerés tus vicios o defectos.

Vicios: ataques de neurosis, la lectura del segundo mensajes de las cosas, querer ver más allá (creerse con tanta sabiduría que permitiera ver lo que vendrá), en ocasiones la desconfianza a todo, la máxima exigencia, la culpa posterior al romper ciertas reglas (ciertas licencias equilibradas en la vida) que la media de la sociedad considera correctas.

¿Qué es lo que más te interesa en la vida?

Lo más importante en la vida es lo que uno pueda llegar a dejar cuando ya no sea más parte de la vida: las enseñanzas, los consejos, la experiencia transmitida, las ideas acertadas o erróneas. Toda esa herencia que uno le deja a los que le siguen que se resume en una palabra: Amor.

¿Cuál fue la elección más importante que hiciste?

A lo largo de estas casi cinco décadas supongo que las elecciones más importantes han sido varias. Es decir, aquellas que marcaron hitos en la vida de uno ya que de dicha elección dependía una clase de vida o un estilo distinto. No podría resumirla en una sola. Tal vez sería necesario enumerarlas y luego pensar cuál pesa más al rumbo que tomó la historia de mi vida:

1-EL TIPO DE EDUCACIÓN RECIBIDA
2-UN ESTILO DE VIDA
3-EL HOMBRE CON EL QUE ME IBA A CASAR
4-LA CARRERA QUE DEBÍA CUMPLIR
5-LA FE EN DIOS O  LA CREENCIA EN UN DESTINO MARCADO
6-LA LOCURA O LA CORDURA
7-UNA NUEVA FILOSOFÍA DE VIDA
8-LA APERTURA MENTAL A NUEVAS COSAS
9-LA AMISTAD
10-LA ESCRITURA

¿Qué es lo que te desagrada en las personas?

Lo que más me desagrada en el otro es la falsedad, la curiosidad que manifiestan ante el silencio de los demás, la ironía para con sus congéneres, el reproche, la venganza, el maltrato, la mediocridad o vulgaridad inadecuada, la envidia, el malgenio, la falta de autenticidad y la falta de respeto a tus ideas o a tu manera de expresarte o manifestarte...

¿Cómo debe ser tu hombre ideal?

No existe un hombre ideal. Porque los ideales son utopías y las utopías son cosas muy difíciles de alcanzar o hallar

¿A quién soles extrañar?

Suelo extrañar a mis seres más queridos, mis hijos, mis padres, los buenos amigos.



Un arrepentimiento...

Me arrepiento de la involución que se fue dando en mí cuando quise revolucionar  mi vida e intentar ser lo que realmente estaba llamada a ser. También, de haber dañado a los que me quieren bien por algunas de esas locuras.
No, de haber dañado a los que dicen quererme, pero en realidad sólo les interesaba sostenerme como al derrotado y seguir levantando su estandarte de autosuficiente... Por personas como ellos, no me arrepiento de nada.
Sí, y mucho de no haber hecho las cosas que deseaba por comportarme como una reprimida. De eso me arrepiento cada día, porque sé que hay una sola vida y vale vivirla a pleno... Nada iré a llevarme, salvo la alegría de los buenos momentos vividos...

Algo pendiente...

Lo pendiente han sido varias obras literarias que he comenzado; poseer más amistades y verlas más a menudo, poder compartir lo que hago con ellos y lograr que la gente comprenda apenas un 20% de lo que encierra mi mente.

Lo más eufórico...

Fue conocerme totalmente en todas las facetas que presenta mi personalidad múltiple (ciertos alters ego) y haber sentido el poder del autocontrol y de sentirme más segura: por quererme y rechazar lo que me daña, y buscar mi felicidad sin perjudicar a los que me aman... La experiencia en sí fue eufórica, no resultó de un largo proceso o yo no lo viví así; fue como dormir despierta y recibir todo ese bagaje de inteligencia, filosofía, karma... y al día siguiente demostrarlo:
—¡Uy! Soy otra... Aunque en verdad soy esa misma Jazmín García, Say Norah Perlatt...alters ego. No me vengan con bipolaridad... ¡Por favor!


Lo que más te enojó...

Fue la burla de los mediocres en una época de mi vida en la cual me repleté de locas ideas, de alquimia literaria y —por qué no confesarlo— de incoherencias mentales. Ese navegar en el misticismo fue tan trascendental para mi crecimiento que yo quería gritarles en la cara con ira y bronca desenfrenada, principalmente a los que se creían de vuelta de todo, cuáles eran mis pensamientos.
Otra cosa que me enojó mucho fue cuando me rompieron algunos escritos, me sacaron la lapicera de mi mano y tras torcer mis dedos, me dijeron que lo único que podía hacer con todo eso era hacer un rollito y metérmelo en el culo. Me sentí muy censurada, incomprendida, sola, poco útil. Creo que a esa persona le molestaba que no sirviera como una laburante más y terminara siendo una bohemia que no tiene un mango... Y eso. Tal vez me equivoque, Dios me perdone. Pero jamás olvidaré aquella cachetada sobre mi mejilla y la posterior sentencia:
—¡Así no me servís!
De alguna manera me despertó, pero eso me enojó un poco...A veces está muy bueno poder soñar más.
También me enojó no poder cumplir aún con las cosas pendientes y haber tenido—de joven— tan planificado todo en la vida, sin dejarle a los días el regalo de lo imprevisto, de las cosas inesperadas, del destino quizás... Por ello es que hoy día me tienta la improvisación, los días de gran porcentaje de adrenalina... etc.

¿Qué cosas te ponen celoso de quién amas?

Me dan celos que no me presten atención, que otra cosa sea más importante que yo. Ese sentirse desplazada por otra mujer, hombre, cosa, programa, trabajo,reunión,noticia, etcétera.
Si bien antes era más celosa, el tiempo, la madurez o quién sabe qué me recuerdan que si amo algo o a alguien no por eso es de mi propiedad y debería desear lo mejor para aquellos que amo. Un primer paso para lograrlo es disminuir la cuota de celos... Recuerdo una frase que dice algo así: “Si fue tuyo, volverá a ti; si no nunca lo fue”


¿Qué hacés cuando tenés ratos libres?

Leo, copio cosas, hago poesía... Creo presentaciones en Power Point o escucho música y melodías que allí guardo, me conecto con amigos de diferentes lugares y realizo las tareas con esa conversación silenciosa; me arreglo las uñas, revuelvo cajones, fotos, cosas guardadas, releo diarios íntimos,corrijo, escucho música y escribo...y vuelvo a corregir...Noto que eso es un proceso constante en mí: la reescritura. Si encuentro alguna película o programación que cautive mi atención la miro. Pero pocas veces sucede...

¿Y cuándo estás solo?

Primero que todo reviso el correo electrónico a ver si alguien remitió algo. Si es así me dedico a elaborar el mensaje de respuesta. En otras ocasiones voy a la cama, descanso el cuerpo, el alma, la mente e imagino lugares muy despejados con verde por doquier, aves cantando y un aire libre de contaminantes y tóxicos...Ah..siempre enciendo un incienso: Patchouli, Reina de la Noche o Lavanda.

¿Cómo debe ser la casa ideal para vos?

Deberá tener amplios ventanales por los que entre el sol, un balcón con un cantero y muchas plantitas de colores vívidos que den a una calle transitada.
Esa casa debería poseer muchos retratos en las paredes, un cuarto especial en el cual estar sola y al que nadie tuviera acceso más que yo. Ese cuarto podría estar repleto de libros, inciensos, tener una computadora, un amplio sillón con almohadones y demasiados cuadros en sus muros; bastante desprolijidad y desorden....en caso de ser pequeño alguna pared con espejo.
Alfombras por todos lados, salvo en el baño, el hall de entrada y la escalera... Almohadones arrojados por el piso, escaleras de madera, luces tenues en el living, espejos amplios, fragancias... Tranquilidad. No me gustaría que guardara un estilo en su moblaje sino una mezcla(desde un sillón Luis XV, pasando por una vieja heladera Siam y llegando a la lámpara más moderna de este siglo).Y me tendría sin cuidado lo que opinara el vulgo acerca del estilo en ese hogar...

Si tuvieras que elegir un modelo y marca de automóvil ¿cuál sería?¿Por qué?

El auto debería de ser un convertible rojo. No sé de qué marca (algo barato, pues caro no podría adquirirlo)
Las causas serían: rojo por la pasión y porque simpatizo con el Club Atlético Independiente, convertible porque eso lo haría llamativo y a su vez adecuado para disfrutar del viento contra la cara y despeinarse el cabello, sin ser tan inseguro como una motoneta.

Si te regalaran ( yo no. No los tengo) un millón y medio de dólares ¿Qué harías?

Con un millón y medio de dólares me compraría una casa, el convertible, computadoras para los chicos, algunos electrodomésticos que redujeran las tareas domésticas y luego invertiría algo para dejarles a ellos lo necesario para que no tuvieran problemas económicos en sus vidas futuras.
Viajaría por todo mi país y después, iría a España, Francia e Italia. En ese exacto orden. Obviamente que ayudaría a los que conozco y que me necesitan y no sé si haría donaciones pues tengo miedo de que el dinero no me alcance para todo. Es que nunca tuve un millón y medio de dólares en mis manos...

¿Qué cosas deseas con fervor? Elige 3

Tres deseos: Felicidad-Salud-Vida.

Si te otorgaran un “poder especial” cuál te gustaría que fuese?

Decididamente si tuviera la posibilidad de poseer un “poder”creo que el que desearía sería el de curar o al menos calmar los dolores y lamentos de los otros. A mí me encantaría tener el poder de sanar lo que no puede sanarse con una aspirina... Lo que requiere de milagros, de Amor, de mucha Fe, etc...

¿Cómo sería para vos un día de paz?

Sería en un sitio con mucho verde, florcillas por doquier, alguna cascada, el sonido del agua, las aves, el sol entibiando el cuerpo y una tenue brisa acariciando la dermis. Y yo, recostada sola, mirando la bóveda celeste con su cielo diáfano y vastísimo ante mi mirada con mis brazos extendidos entregándome a esa naturaleza para que impregnara mi alma.

¿A qué dedicás la mayor cantidad de tu tiempo?

Habitualmente la mayor cantidad del tiempo la dedico al trabajo. En segundo lugar a la familia y a mis cosas .

¿Qué harías si tu salario anual no fuera suficiente?

Si no alcanzara el salario intentaría ahorrar, privarme de ciertos placeres, vicios, buscar más trabajo. Jamás pediría prestado... (creo). 

¿Qué cosas te gusta hacer en la vida?

Disfrutar de cada día. Vivir a pleno. Viajar. Soñar despierta, ilusionarme, dar amor...Conversar con la gente que tiene mucho para enseñarme, compartir cosas, planificar ideas nuevas con otros.

¿Cuáles que aún no te animaste harías?

Volcar algunos colores en una tela alocadamente. Hablar por teléfono con algún amigo con el que no me animo. Estar un día en un sitio sola y ver qué surge.
Estar toda una noche hasta el amanecer en lo más alto del cerro Uritorco con una botella con agua, unas galletitas y un grabador de periodista diciendo las cosas que surjan y llenándome de energía. Quedarme encerrada por una noche en una biblioteca antigua o en un sótano o un cementerio. Eso, vivir alguna aventura desopilante y de película. También lanzarme al abismo desde un parapente, un avión o en un helicóptero. Y por qué no, animarme a enamorarme otra vez...

¿Si fueses muy famoso y reconocido te sentirías acompañado o solo?

Seguramente que me sentiría muy sola. Si lo fuera la gente se acercaría a mí por la fama y no por lo que realmente soy. Debería cuidarme de muchas cosas y de muchas personas. Me costaría confiar en alguien plenamente. Y si bien se me viera acompañado nadie sabría bien lo que pasaría debajo de mi piel y por mi mente... ¡Qué cosa no soy nada famosa y a veces me pasa esto!

¿Cuál es la cosa que mejor sabés hacer?¿Y la peor?

Lo que mejor sé hacer... A ver... a ver...cocinar no es. Actuar tampoco, cantar...me defiendo...pero no es lo mejor.
Lo que mejor sé hacer es amar, soñar, imaginar e ilusionarme. 
Lo peor es mentir. No sé mentir en forma oral ni escrita. Aunque lo que escribo a veces pueda ser ficción, farsa.

¿Cómo fuiste criado en tu infancia?¿Qué deseaba tu familia de vos?

Fui criada con cierta violencia. Quizás yo era una niña violenta, no lo sé con certeza. Afirmaría que sí porque mi madre me envió a una psiquiatra cuando tenía ocho años.
Actualmente solo sé que no se me brindó mucho amor. Me exigieron ser la mejor. Supongo que eso se deseaba de mí: cierta perfección y excelencia.

¿Cuánta y qué clase de educación has recibido?

He llegado al nivel terciario de educación. No he ingresado a la Universidad; pero desde muy niña decía que me dedicaría a “enseñar y ser maestra”.

¿Cómo es tu hogar? ¿Tenés mascotas?

Mi hogar es un departamento muy pequeño, reservado, acogedor. Tengo una gata siamesa. Se llama Lourdes.

¿Cómo te movilizás a los diferentes sitios?(medios de transportes)

Para ir de un lado a otro uso la mente...
No. Hablando en serio,camino o tomo colectivos. Me he dado cuenta que caminaba poco. Pero no me disgusta viajar en colectivos, subtes, trenes, bicicletas, monopatín, triciclo, etcétera. ¡Y quién te dice, avión!

¿Es muy importante la religión en tu vida?

Al principio de mi vida la religión era muy importante.
Después hubo un "clic" y debí elegir o entrar en una esquizofrenia. Elegí cierta Filosofía de Vida, es todo...

¿Qué es lo que observás en una persona que recién conocés?

Lo primero que observo es la mirada, la ropa me tiene sin cuidado. Después la forma en que se expresa, las palabras que usa ya que eso da cuenta de su inteligencia o astucia. Sostengo que de una simple mirada uno se lleva una impresión del otro que tal vez pueda ser acertada o no pero el tiempo irá refutando o corroborando las primeras hipótesis.

¿Luego de un día terrible qué hacés? ¿Cómo te comportás con las demás?

He notado que si fue un día agobiante suelo buscar refugio en un cuarto, en soledad con la compañía de buena lectura y música suave. Cuando tengo ganas de llorar voy al teclado y escribo; lloraba demasiado hace años atrás y creo que ahora no está tan mal reprimir ese llanto con otra actividad. Trato de no contactarme con los que me rodean a fin de no recordar el día terrible, ni agarrármelas con ellos injustamente...

¿Qué estación del año prefieres?¿Por qué?

Las mejores estaciones son las equilibradas, es decir, el otoño o la primavera. Y de las dos me pone más feliz la primavera.

¿Qué es lo que considerás más importante en tu vida?

Lo más importante en mi vida son los hijos. Uno hace lo imposible por ellos, sale de los pozos más profundos y hasta sacrifica los sueños más locos por los hijos.

¿Si tuvieras que calificarte del 1 al 10?

Si yo tuviera que calificarme —muchas veces me lo hicieron hacer—siempre pondría un ocho, a pesar de saber que me merezco un diez.
Esos dos puntos que me faltan para ser excelente están restados por los defectos indefectibles que uno posee como ser humano, por los vicios, debilidades y cierto egoísmo.

¿Cómo te vestís a menudo?

Siempre uso jeans, blusas y remeras. Soy muy informal aunque sé adecuarme a lugares, eventos, etc. Casi nunca uso faldas o shorts, tengo cierto complejo con mis piernas. Obvio que en mi casa o en la intimidad uso minifaldas, vestidos, shorcitos, etcétera.

Si volvieras a nacer... ¿Qué cosas cambiarías?

Si volviera a nacer no sé si cambiaría algo, tal vez hubiera deseado menos dolor, menos traumas, menos muertes rodeándome. Aunque viendo ahora el equilibrio alcanzado podría sostener que ese karma con el que nací fue el necesario para que mi vida tomara el rumbo actual.
A veces, siento cierto vacío. No sé explicitar qué es lo que me falta. Quizás sea salir más y divertirme con lo que me gusta. Pero teniendo en cuenta que no soy de ver mucha televisión es de suponer el vacío. Yo noto que la gente llena su vida con los espectáculos, las revistas de chismes y qué sé yo. Pienso que debe ser terrible llenar tu vida con la novela de otro, hoy en día sostengo que lo mejor es alimentar la vida de uno con las locuras e ilusiones que le surjan. Nos da bienestar y es más emotivo y reconfortante.

¿Qué defendés con fervor?

Lucho por las cosas justas, equidad, el respeto, la verdad, la Paz.
Defiendo a los míos: familia, alumnos o amigos.
Yo custodio mis pareceres, lo que sostengo. Mis convencimientos, mi manera de ser u obrar.


YO ESPERO QUE LUEGO DE LA LECTURA DE ESTE AUTORREPORTAJE NO TE SIENTAS OBLIGADO A HACERME COMENTARIOS INNECESARIOS, REPROCHES O ESOS FAMOSOS DECIRES QUE EMPIEZAN CON UN "ASÍ QUE VOS...BLA BLA BLA". 
ANTES DE QUE HAGAS ESO TE RECOMIENDO QUE SEAS ABIERTO Y SOLO PUEDAS INTERPRETAR, SIN PREJUZGAR.
GRACIAS.

NORA MABEL PERALTA ( También conocida como Jazmín García/ Say Norah Perlatt-Norah Perlatt-etc,etc)



12 enero 2006

UN CUARTO PARA LAS DOS Y MEDIA


A las nueve de la mañana, mientras desayunábamos aquel café dulce con el postre Nonna Vita podía uno darse cuenta de que Horace daba todo el aspecto de un farsante, pero con gran coraje.
Su hogar, ¿una mentira..?
¿Existía nada más que de nombre?
Si hasta su reserva aumentaba sustancialmente lo que se definía por hogar, pues uno imaginaba que bien sería una pocilga en la cual un macho, denominado esposo, practicaba los vicios más atroces sin que su hembra, su respetable esposa, se diese por enterada.

Sin embargo, debería yo -por obligación de escribiente-comentarles algunos detalles de la historia:

Cuentan las malas lenguas que el señor Niévala no existió nunca. Que Edward Suárez el ex esposo de Perlatt dijo puras mentiras toda su vida, convencido por quién sabe cuál arte.

Con respecto al dinero que Niévala llamaba "su herencia", lo había obtenido de un importante contrabando de cannabis cargado en las maletas del ajuar nupcial de Silvina.


Pero...
¿Y los vicios existían? ¿Qué hogares podían ser aquellos donde padre, madre e hijos, con prescindencia del sexo, vivían internamente separados por el desnivel de sus experiencias?

Supe notar que él lo había hecho bien...con astucia y persuasión por mucho tiempo; sobre todo en los años de su instrucción militar en la Escuela de Marina o en las épocas de cuarentena, posteriores a los nacimientos de Aimy y Yago, cuando la realidad era más siniestra que cualquier pesadilla.

Ahora, sólo ella podía decidir lo que significaba.
Obvio que debía ser veloz. Solo en los buenos momentos de la vida conviene, más bien demorarse y enterarse que un marido la engañaba así...

Aquel no era un buen momento. Tal parecía que para vivir sabiamente había que tener más de una velocidad. Premura en lo detestable, lentitud en lo que es placentero.

Después... el almuerzo, el inevitable paseo de Norah y Horace por la zona de residencia de los ricos y famosos. De hecho uno de los barrios que más han servido de marco de algunas de las escenas de las películas británicas más taquilleras de la historia: Nothing Hill, por citar un ejemplo.
Ambos se retrasaban, a propósito, con Pearl James para refrescar los buenos recuerdos sin oídos ajenos.

Luego que todo estuvo servido a la mesa él le contó que por el ansia de una ríspida burguesía vivía en disconformidad. No sabía lo que ansiaba ni hacia dónde iba. (Accidentes que no le ocurrían a las mucamas ni a los cocineros, obviamente).
Yo percibía que a él no le gustaba esperar. De más está decir que una esperanza posiblemente hubiera transformado aquel matrimonio de tantos años, pero ésta requería cierta amplitud de sentimientos, incompatibles con la total aceptación del fracaso que ambos parecían revelarme en su discurso. Además, para tener esperanzas era necesario llevar cierta fuerza espiritual de la que Flagré y Niévala carecían.

Eran, a mi entender, una pareja en el sentido que damos siempre a las parejas cuando las vemos apoyadas en los parapetos o abrazadas en los bancos; una característica lamentable que viene acompañando a los hombres desde hace milenios.

Todo tenía su costo y él que no quería afrontarlo, por momentos me figuraba como un garronero de la vida. ¿Lo era en verdad? Vivía en ansiedad permanente y entre las muchas maneras de combatir la nada, una de las mejores era cuando solicitaba compañía femenina, que rechazaba casi inmediatamente después de utilizarla. Para él la soledad era como un vacío en los bolsillos.

Y en nuestros clandestinos encuentros eran felices, repletos del fervor por tanta cosa incomprendida pero iluminada por un amor total.
Si bien a él todas las mujeres le desilusionaban por la esterilidad mental de su existencia, conmigo no le sucedió lo mismo. Jamás donde se imaginara un palacio descubriría una choza.
Pude –igualmente-comprender que se acostaba con varias de ellas con la misma facilidad que concurría al café a conversar con William: ¿Acaso tenía algo que temer?

Mientras, en la casa matrimonial su mujer bordaba excelentemente, cocinaba muy bien, hacía un poco de ruido en el piano, se pintaba el rostro y se perfumaba antes de ir a la cama...Pero esas virtudes domésticas no le alteraban el punto de vista, irónico e indiferente. "No te imaginas lo extraordinaria que es mi esposa" me decía siempre. "No habrías resistido la tentación de escribir un cuento sobre ella" inquirió.

Entonces, por eso, tengo que escribir.
Uno de todos nosotros tiene que escribir, si es que todo esto va a ser contado.
¿Qué relaciones existían entre un piso encerado o una albóndiga a punto y la felicidad?

Después de imaginarlos por meses, de observarlos continuamente, gracias a los relatos de aquel hombre yo llegaba a la conclusión de que sus actos eran perfectamente lógicos, explicables...
Que yo sepa nadie ha descifrado esto, de manera que lo mejor es dejarse de pudores y seguir contando: No podíamos vivir sin ilusiones. Éramos culpables de literatura, de fabricaciones irreales... Nada nos gustaba más que imaginar excepciones

La única mujer engañada, respecto a esta situación, fue Silvina Flagré. Pero esa mujer invitaba a la invención, dando quizá las claves suficientes para acertar con la verdad.
Más que engaño, ello constituyó una pérdida de memoria en cierto modo, tan densa y circunstancial, como en otra dirección había sido permanente el olvido de la causa que aquella tarde lo arrastrara hacia mí, preocupadísimo, hasta colocarse delante de la cámara en un ciber para confesarme quién era.

Como dijo Julio Cortazar: “Los hilos de la Virgen se llaman también babas del diablo”
Con tamaña inercia repleta de expectativa, se desarrolló en él una idea fija: "Algo extraordinario tiene que ocurrir en mi vida, con esta mujer". Esa mujer era Norah, yo...Sí.
Pasaron los meses.
Regresaba él a su hogar cierta noche, la del 15 de marzo de 2005. Antes de entrar se observó el rostro en el zaguán donde había un inmenso espejo que fielmente duplicaba las apariencias. Debía mostrarse alineado ante Silvina, por si estaba aún despierta.
Lo que jamás pudo imaginar fue lo que encontró.
El pensamiento de si le estaba pasando algo en su cuarto, como si fuese lo que uno prefiere lo acosaba.
Y ahora, lo inevitable: tener que ir y no regresar sin haber trabajado y sobre todo haber asistido sin nada productivo qué hacer...
Ese día Guillermo Niévala había encendido la llama y yo viví una inmensa emoción.

Nos evadíamos juntos, victimando a Silvina Flagré, comentándole accidentalmente aquella vieja situación, que cual un raid hechizante la desmayaba....
Estaban por separarse.
La conversación se tornó algo mortuosa, como una gaviota, ¡un milagro!¡Quién sabe! Ya no podíamos escapar a ese destino...

Un pequeño jockey, él, estaba muy afligido y ella sentía que no lo vería muy habilidoso como para querer montarla.

Mientras, yo en mi papel me llenaba de cierta culpa o sinsabor por no sentirme otra favorita del hipódromo local al que asistía el ingeniero.
Yo, la que nunca sabe qué decirle... Aquello era como verme a los ojos si me quedaba parada en la gatera. Sin embargo decidía mi exilio.

Todas las tristes mancias me indicaban el infinito comenzando desde cero 0... en fin...¡Cómo es!
Sabía que mucho tiempo sola no podía vivir, quería ayudarlo...pero mejor era no vivir, intentaba olvidar el vértigo de mis miércoles... invadirlo.... sino, dejarlo ser.
-¡No digas No! porque eso me provoca malestares.
Intentaba avanzar más allá del ahora. Estaba buscando decididamente dos cosas: No rendirme e ir a todo lo que daba como los calamares que nadan contra la corriente, porque yo sabía que un amor, una pareja para sentirse amada precisaba de un Sí.

Lucharé y ya.

La vida me había lanzado, contenido; por otro lado estaba el trabajo para encontrar como una saeta exacta, mi objetivo:Sol, Poder, proyectarme en algo positivo: Tu sitio.
¿No debía dejarme desviar?... ¿Debía dejarme desviar?

Era bellísimo, quizás, dedicarse a ciertos ¨blancos¨o ¨lagunas¨ mentales y deslizarse por el viento hasta rozar la piel por las nubes de ejercicios intensos. Éramos almas danzarinas confiando en arribar a destino. Llegar a encontrar algún lugar... En la voz... Al final... Encontrar el mundo donde alguien te adore y que unos brazos te tengan.
Me encantaría ver a mi amor -aunque con sólo varios toques de magia- y si pudiera recordar hacerle el amor... tenerlo cerca... charlar con él. Hacernos brillar, por nuestros esfuerzos, por mi blanco corazón...

-¡Pero no me des más movidas de ajedrecista amateur!

Mi roja pasión es el llanto que te había prometido... Nada y tan poco; me circulan dos borrachas lágrimas a borbotones por cada vena. No olvides que me desesperaría, porque eso me dañaba mucho las arterias de mi humor sanguíneo.

Ahora: falta de amor; tenía que aprender a confiar, sentirme un sol plateado enmarcando mi niñez. Un invierno en el que hace calor pleno y bello ante mis ojos.
No podía exigirle a ese Dragón Chino que solo sabía cuidar un mundo enaltecido e inmenso.
Y estar así en un planeta que duela tanto como un tatuaje , sólo para agradarlo. Si no era doloroso el valor de ese tatuaje, no era verdadero amor...¡Y más locuras!

Como letras que crecen al revés, sin parar. Era inminente que yo deseaba la muerte.No sé cuantas veces me había equivocado pero las letras vencían una y otra vez. Él sufrió; se partió como un frágil cristal...bueno...la culpa era toda del teléfono...No del alma. Sin embargo, pasó a ser el mejor visitante.
Es que él sabía por qué desconfiaba de los hombres más apasionados...
El era el favorito a punto del triunfo...¿O por qué me enamoraba tantas veces?
No daba tregua. Era como un fenómeno comparado al orgullo, me llenaba de señales o síntomas. Debía ser más decidida.... Más concreta...

-Frená la franqueza-me decía a mí misma.
Estuve estacionada, fue como si otra usara mi consuelo y eso me provocara dolor. Así es hoy mi trabajo, como el de llorar.
Tenía la voz a la miseria, no podía trabajar de estas sabidurías.

Y todo esto era algo paranormal. Una escritura ¨paranormal¨ que equivale a nada comprensible aunque igual fue aprobada por la semiología. ¡De qué estúpida manera! Una ñaña. Porque quién sabe si el mañana tenía en la mente a miles de hombres que podrían existir para ella...Nada tenía...Solo me habían estropeado la vida, sin darles importancia...Antes soltaría al que ya no me permitía pensar: el gato. (Para que no maullara).

Tantos con todo en contra: los espejos , los retratos, la tos de su no presencia...No tenía nada: tos, tintas, mascotas, los qué hacer y nadie a quien extrañar ni siquiera amigos... Era la crónica de un presente... aquel Juan que la había herido tanto llevándola al suicidio que nadie quería evitar.

Ahora Silvina Flagré estaba pronta a morir y Guillermo Niévala aparecía en mi vida para que ya nunca más fuera cinderella en sus artimañas de hacerle creer que la amaba ¿O acaso la amó cuando fue a su departamento?
Ya nunca más una. Sólo un hombre que parecía chiquillo enamorado y en las tardes vivía mintiendo y engañándola con excusas preparadas y bellas para verse lleno de mujerzuelas.

La daga filosa le marcó el pecho que nunca le atrajo y ella lo sabía, pero fue tan fuertemente que quizás no supiera–en el fondo– que se le olvidaba de su estúpida esposa o... ¿estimaba su persona?

Cobardía. Después se dispuso a considerarlo... ¡Pero se confundía! Ahora mismo, quizás. Antes de culminar la página, el momento: 14 y 25 ergo desviar las agujas del reloj. Cinco minutos para una página de auto psicoanálisis, casi un orgasmo de la ciencia: tu voz, la voz. Siete pastillas. Dormiría por una sobredosis. Prepararlas e irse lejos...bien lejos de somníferos o quién sabe qué tan lejos que ya nadie pudiera saber las mezclas que hubiera perpetrado.
–¿Despertarla?

–Jamás, premeditadamente.

Es que ella sabía... Yo la perdono... No merecía sufrir. Sabía muy bien que nadie la amaba y sabemos que en la vida hay que estar tan así... sin amor... sin vida...

Pero debo remitirme a aquella noche en que en la creciente oscuridad, mientras recordaba todo esto, Silvina Flagré lloró hasta el fin de aquel amanecer y antes de la llegada de la mañana siguiente se suicidó.
No había cumplido con su primer plan de los somníferos, no. Sólo retiró el arma que Horace Niévala, el ingeniero de Jomax Sociedad Anónima solía dejar en la gaveta del escritorio de su despacho; la tomó temblorosa; montó el pistillo y entró al baño para darse el disparo. Y cuando la nuca empezó a cosquillearle se descubrió pensando en las calles, y en lo que había alcanzado a ver la primera semana de marzo cuando nos descubrió besándonos.

Niévala estaba por ingresar a su casa. Nada lo preocupaba –según me comentó en oportunidades posteriores– e incluso experimentaba determinada alegría malévola cada vez que regresaba de jugarle malas pasadas a su compañera.
Hasta creo que yo adolecía de la misma facilidad que él, para proporcionarme relaciones con fantástica inconsciencia.
Me analizaba y analizaba a su mujer.

Durante mucho tiempo creyó que junto a su esposa se aburría. A intervalos tuvo relaciones con otras mujeres. Lo mismo me había sucedido a mí y así conocí a varios hombres.
Él admitía de buen grado que se desengañaba en juegos fáciles e indiferentes. Ellas no lo satisfacían y pensaba que posiblemente se hastiara junto a otra mujer (como por ejemplo, yo) si por una serie de obligaciones contraídas se viera obligado a convivir.
Las encontraba semejantes a las esposas de sus amigos. Todas sus amantes eran singularmente amargadas, vanidosas, honestas, y con un orgullo inmenso.
Como si temiera los efectos de lo deseado extraordinario, no sólo que no daba un paso para obtenerlo, sino que hasta lo esquivaba.

Luego de girar sigilosamente la llave de la entrada, sobre telones de oscuridad, mientras él cruzaba bajo las frazadas de su cama un estrépito espantoso se amontonó en sus oídos. Necesitó hacer un esfuerzo para no saltar de allí en la desolación del cuarto, frente a su esposa que estaba adormecida en otra cama.
Esa noche se le escapó una leve risa, y tal vez ella lo oyó, ya que jamás se movió de su lecho como si no fuera a despertarse.

–En esos instantes soy un dios que cruza anónimo por la tierra– Solía comentarme cuando merendábamos tomados de la mano en el departamento.
–Pero nunca hube imaginado que ella yacía muerta en el baño y que lo que había observado en nuestro cuarto era solamente el bulto de frazadas acurrucadas y almohadones. Cuando sonó mi reloj despertador, a la mañana siguiente, decidí encender un rubio; luego de una bocanada a mi Parliament envié hacía el techo una gran nube triunfal del llamo azul del cigarrillo. Y te recordé tan plena en mí la noche anterior –me explicó.

Fue así que Niévala notó que Silvina Flagré se había levantado y era extraño porque jamás ella se levantaba a preparar el desayuno o cosa parecida.
Esos siempre eran detalles del ingeniero. Podía asegurarlo ya que cuando me comentaba la vida junto a su esposa yo ponía lo más fino de mi oído. Fue en esa parte de sus relatos que se desprendieron los únicos dos lagrimones que pude ver caer de sus ojos en el tiempo que lo conocía. Así fue que Horace y yo (literalmente por oírlo contarme) la hayamos muerta; no hubo ya rosas ni cipreses, ni labios rojos ni vino perfumado en esos 25 días para nosotros; tampoco alegrías, ni auroras ni crepúsculos ni encuentros.

Nuestro preciado universo se nos aniquilaba, puesto que aquella realidad dependía tan sólo de nuestro pensamiento. Quizá creíamos que el secreto era un vínculo entre nosotros y la esposa ausente.

Ya eran los primeros días de abril y yo no había podido dormir aquella noche, aunque volví a ver a Horace después de casi un mes.
La primera luz de la mañana del sábado 22 me desperté sobresaltada ; había pasado más de un mes del entierro de Flagré.

El universo de Norah consistía, en gran parte, en cosas y lugares de los que sabía pero que no había visto ni conocido en persona. Cumplió aquel ritual diario de la ducha y el lubricante para sus ojos. Mientras desarrollaba las ideas del escrito los hombres le inspiraban un mayor temor patológico...
A las 12 se dirigió a la cocina. Estaba de pie , sintiendo el frío del suelo de cerámica a través de las gruesas medias; luego preparó una sopa de fécula y unas legumbres, comió temprano, se acostó y se obligó a dormir.
Referir con alguna realidad los hechos de esa tarde sería en vano. Dormir no había sido más que eso; si los sueños habían acudido, ella no podía recordarlos. Pero había algo: una aceleración, casi un vértigo.
Era verosímil que esos graves misterios pudieran explicarse en palabras: el matrimonio Niévala se había casado joven, y pronto las ilusiones desaparecieron.
Casi todos los hombres casados tenían una base moral que les impedía abandonar a su esposa para seguir a la que amaban. Así creyó Horace al principio. Luego constató que tal base moral no existía, sólo era una mera vibración semejante al tic–tac de un reloj.

Por otro lado pensaba que de abandonarla para convivir con la amante, es decir, conmigo, hubiera terminado por hastiarse como antes se hartaba de la monotonía junto a su mujer.
–¡Miserables!–exclamé para mis adentros–¡No disimulen más!
No amaban a ninguna de sus amantes, y algunas de ellas eran extraordinariamente bellas. Cuando lo recordaba me encogía de hombros porque comprendía la inutilidad del placer sexual si no se desarrollaba acompañado del amor. No era bueno sentirse una trampa.

Norah era bonita, tenía sus piernas flacas y su voz atropellada que la hacía interesante. Había recordado que aquel hombre, su amante, era requerido por casi todas las mujeres de la ciudad y que sólo las más afortunadas tuvieron el trofeo de una nieve con él. Obvio...Norah era una afortunada después de todo. Lo que no podía o no quería comprender era que ella merecía un hombre así a su lado.

En la mesita de luz estaba la caja vacía de los cigarrillos que él se había dejado olvidado; Norah se incorporó y los fumó como antes rodeando con las dos manos la taza caliente de café.
Luego, mientras lo pensaba, echaba la cabeza para atrás –apoyándola en el respaldo de su sillón– y suspiraba, como quién termina de cumplir con un deber fascinante.
En esos instantes recordó las semanas que siguieron, días de letargo...
Horace que estaba muy mal y no se dirigía a su apartamento.
El edificio que rentaba Perlatt, en Notting Hill, estaba compuesto por cuatro departamentos conectados a patios pequeños. El mayor atractivo del verano era, sin lugar a dudas, su famoso carnaval, aunque Notting Hill era uno de esos barrios que merecen la pena visitar en cualquier época del año. Se hallaba a pocos metros de tiendas exclusivas y restaurantes formidables, además del maravilloso y archiconocido mercadillo de Portobello.
En su casa había un olor característico a mezcla de esencias de sándalo dulce y pachulí ; Horace ingresaba y sentía que siempre había estado allí. Era también su hogar, después de todo. Era un olor similar al del tiempo y el aire salino.

Mientras relataba esta historia algunas de mis amigas me creían medio loca.
–¿Cómo hago para qué?–pregunté apacible a Hebe.
–Para no aburrirte nunca! A veces creo que tienes un amante secreto lleno de audacias–replicó Sandy.
–Tengo uno para cada noche!–contesté, tras una irónica risa mientras sorbía de mi tacita de café irlandés.
–¿En esta ciudad de cuatro gatos?–me dijeron ambas al unísono.
–En mi pura cabeza. Nada más cierras los ojos sin abrirlos, después dejas caer las estrellas con sus pétalos de oro como tapizando tu jardín –expliqué –dije.
–Mirá, Hebe cierta vez leí, quién sabe en qué libro que "el universo es un espejismo; la vida, un sueño".

La historia era increíble, en efecto, se impuso a todos, porque sustancialmente parecía cierta. Hasta verdadero era el tono de Norah, verdadero el pudor, verdadero el odio. Verdadero era el ultraje que ella había padecido; sólo eran falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios. Deberían saber que Alá nos ha dado el amor como nos dio ciertas plantas venenosas.
Los sabios no podían enseñarte nunca nada, mas la caricia de unas negras pestañas amantes le revelarían la realidad. El pasado era un putrefacto cadáver que Horace y yo debíamos sepultar definitivamente.

Cierta tarde de enero, con tristeza, Horace pensó que en su voluntad había desaparecido para siempre Silvina Flagré, la esposa que lo transformaba en un viudo joven con todo lo que eso implica.
Luego de miles de aventuras con mujeres recordaba que había pasado ocho años y dos meses y que ahora no existía para él más que una sola mujer, y ésta era Norah, de memoria sospechosa y discutible que como buena enamorada, no habría sabido sino estar en su papel.

Aquel día que sonó el portero eléctrico y se anunciaba... ella lo miró fijamente. Los ojos del viudo eran de un humo castaño brillante, la frente alta aparecía pálida y lisa bajo un oscuro mechón ingobernable. Lo abrazó con fuerzas. Ese domingo por la tarde se quedó un buen rato junto a ella, rodeándola, acariciando la suave piel tibia de su cuello de cisne.

Su mujer, Silvina Flagré estaba muerta, ya llevaba más de siete años inerte y la memoria que había dejado sobre su vida le indicaba bien poco que había trabajado para alguien o algo y que su recompensa había sido conocimiento, y que ella había sido su sacrificio.

Esa noche ambos se sentaron en la terraza, a oscuras, a mirar los insectos que bailaban frente a los focos. Así, continuaban viviendo en su imaginación. Recordando escena tras escena, en Bourton. Despojados casi de toda apariencia terrestre, manifestándose en el fondo de sus pechos por una dulzura queda, semejante al débil perfume de ciertas flores mustias.
Era domingo 14 de febrero del 2012 cuando Norah avanzó ligera, alta, muy erguida, para recibir inmediatamente al Ingeniero Niévala, con su cara de capullo y sus manos de rojo vivo, como si las hubiera tenido en agua fría junto a las flores para entibiarlas como tantas otras veces con sus abrazos y besos.
Charlaron horas y horas sin cansarse.
Luego Horace decidió invitarla a que descendieran de la terraza para irse juntos a la cama; antes ingresó a la cocina; encontró una botella de vino blanco en el fondo de la nevera y se la llevó al dormitorio principal. Tomó un sorbo, le convidó de su copa a Norah ; dejó la botella en la mesa de noche y se acostó, con un almohadón verde manzana que le cruzaba detrás de la nuca.

–Muy bien, ámame–me dijo.
Y en la unión de nuestros cuerpos y almas hallamos la naturaleza errante de las cosas más lujosas que habíamos construido tan juntos y demasiado cerca del mar.

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