29 diciembre 2005

NUESTRO AMOR


Cada vez que ellos sonríen como chanchos, con sus dientes parejos y blancuzcos nosotros brindamos rasguñando los monitores de nuestros amores; mas allá de uno u otro muro de fantasía que deseara separarnos o robarnos este amor multicolor del que no podemos regresar.

Es una ilusión de a dos, oro de marzo de algún año capicúa.

Me veo desangrándome en alguna canción de apego naranja y esperanzada ante este fantástico espectáculo donde como un rayo nos conocimos.
Doble división de amistades: el muchacho fantasmagórico y la joven fatal que ajustician sus mentes en unicornios de música.

Los aerosoles escriben nuestro pasado en paredes de Edipo o de niña de un solo añito- perfecta belleza de hada universal -que derrota toda maldad con sus luces de gestos. Amigos, escritos calcinados y rabiosos que juguetean con los cubiertos en alguna mesa de bar.

Soy como la madre natura armada con dos dagas inmensas y tan fuertes...Reina de este mundo, un elfo o hasta una bruja azulina que casi se ahoga en los vitrales de una catedral inexistente con sus cabellos rojos y sus piernas largas elevando sabiduría ancestral a los cielos egipcios o hasta evolucionando en su floresta de madre con voz y señales de humanización.

Bebí el maná de tu bella fuente draconiana, psíquica y hasta índiga. Un todo y una nada.

Alucinada ante el ángel de la justicia que me provoca escalofríos y pisotea la vieja maldad que me acechaba. Ángel de pequeñas criaturas combatiendo a las gárgolas con su fuego de amor y hechizo, venciendo a todos los ángeles caídos, cortando las cabezas de los impíos, cabalgando en la desolación de un mundo en tinieblas para dármelo todo. Sí, todo...

Y yo... vehemente y valiente como una luna creciente que se yergue en el cielo lila. Una pieza del final o un hada del inicio eterno que llora sus lágrimas de óxido mientras la espada penetra su piedra y vence a Ana, la que siempre esta embutida e intoxicada.

Sí, estaba atada... lo recuerdo...pero rememoro las alas que volvieron a crecer mas allá de la impura Silny y con la ayuda de él que me transformó en esa nueva chica angelical como lo era Erzulie, la de los ojos negros rindiéndose ante la grosa amistad de Lucifer con imágenes y canciones incrédulas, sangrientas, desgraciadas de niña bonita que sobrellevaba las desgracias con su niño.

Sé que a veces hago fiestas de alcohol pero soy tan fiel a lo que amo que ni una docena de dipsomanías podría encadenarme el espíritu de mis dulces dieciséis a la desfachatez de la mentira.

Amante y hada bella, santa y creyente...rodeada de los más excéntricos sanó con un esotérico proceso de muerte limpiadora su destino.

Y al tiempo, Satanás fue buscado entre el enjambre de violas y abrazos.

En noches de encapuchados su amor le regaló una sonrisa y dividió su corazón cabalgando urgente de aquí para allá llevándola cada tanto al cielo y haciéndole el amor entre güisquis y cigarrillos.

Ahora como dos ángeles beodos ascendemos al ritual de amor como más de miles de veces.
Nostalgia de vampiros, iniciándonos a la muerte como sucubus e incubus que se desvanecen con sus dedos de las manos entrelazados, amordazando a la locura para hacerla callar....

Ese chico...sus besos....el metal y las medianoches express que me regala como trajinando en las aguas cubanas me hacen feliz.
Me concede puertos espaciales, cables y pactos de sangre, su semen alienígena, las pirámides y todos los ángeles.

No nos hartábamos de estar tan bien...enamorados...como insectos de la luz en pequeñas danzas de caricias hacia los cuellos, los torsos, las miradas, las lamidas.

Exóticos fluidos en la casa de una dama y un guerrero con grandes historias: héroes amantes y sigilosos que cuidan su Universo Central dando la bienvenida al río mental de nuevos juegos y acuarelas que hacen sentirnos tan vivos preparando a los cisnes del futuro en caso de cierto caos para que cuiden los capullos de la noche y eviten el fatídico final de la humanidad .

Nuestras pulsiones son míticos volcanes digitados que encadenan nuestras mentes, batallas y llamas vitales. Cierto dar , de a dos, sin lamentarse, ni asombrarse de que todo nos volvía tan perfecto como el icono de un puente que atravesaron nuestros ojos cuando se miraron sorprendentemente y en aquel espacio. El futuro nos regalará un anillo de amor con las más simples cosas cotidianas y reales.

En aquel sitio resbala siempre un arcoiris y una hoja de higuera rojiza del otoño nos sorprende fumando frente a un diablo bondadosamente insoportable; la nuestra, una adicción que era de la buena y que nos ponía delirantes... ¿Qué era?

-Es él-

-Es ella-dijimos antes de que la canción terminara...

Y así llenamos de filmes aquel sillón technicolor donde hacíamos base. Ese hemiciclo que otros dirían era nuestra alcoba de amantes, no era una transa más...

-Calavera no chilla-decía mi padre-

Nos regalamos un beso equilátero mientras un saxo sensual encumbraba nuestro gozo, lo veíamos en nuestros rostros...
Un cambio de escenario?
Sin duda las paralelas se tocaban una y otra vez pareciéndose al amor. ¿O es amor?

Siempre elevándonos del piso como jóvenes o ancianos en la espiral memoriosa del efecto de las copas, nuestras caras y las circunferencias cíclicas de nuestros movimientos en el paisaje de oasis...varios cielos, sí...varios... venciendo a la muerte como el dios Xolotl en su transformación.

Los dos, navegando unidos a castillos de medioevo, con corceles blancos, dragones ligeros y espadas poderosas...Nunca finalizábamos nuestra música, nuestra manía... cumplíamos una fantasía y empezábamos un nuevo film de lágrimas, blues, calles sónicas, o mamarrachos heroicos.

Juntos explorábamos la eternidad como en un destello de tantos archivos secretos de tantos nudos mártires esperando ser escritos por alguna ama de casa medio galápaga que hablara de primeros besos, de horror, de duros días y noches estrangulados como si veinte años no fuesen nada...

El arte, la mujer, los vasos y los epítomes llenarán miles de vidas deseosas de aventuras. Lo sabemos!

En el avatar de los armoniosos silencios nacían las puestas de sol y renacían los más bellos arbustos. Íbamos adelante, juntos y cicatrizados de lozanía, una y otra vez.
Ego púrpura de monalisa y snobismo albino de gran barón. Aquel era el desenfreno de agonía lluviosa que nos adosaba la adrenalina de nuestro perfecto amor.



Norah Perlatt Página 2 29/12/2005

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dónde ir cuando el mar es una pared...Solo un muro donde escribir o replicar una que otra canción ya escrita o quién sabe que muda soledad golpeando la salida, la herida...El amor...

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