07 enero 2012

Acerca de la Ética y Deontología profesional

Actuación personal en vida laboral del corrector. Deberes y derechos profesionales. Secreto. Responsabilidad

Motivación y justificación
 
Todo  ser humano desde su nacimiento trae consigo cualidades o dotes que lo caracterizan o le dan una identificación de lo que será en un futuro. Todo esto está sujeto a modificaciones con el desarrollo funcional de su organismo y a la vez con los tiempos. La presentación de todo individuo en las funciones desempeñadas en cada paso de su vida dejará notar su talento y arte de cómo enfrentar cada momento que da paso a su desarrollo intelectual, proponiéndose metas, para llegar a ser un profesional con todas las características que se le exijan.
 Para el desarrollo de cada profesión, arte u oficio, debe complementarse con cursos, seminarios, congresos que amplíen sus conocimientos acerca del comportamiento o de su conducta durante el ejercicio de las funciones asignadas, para llegar así a ejercer la profesión con una verdadera ética profesional. 
Por tal razón nos motivamos a descubrir los requisitos que por "ética" debe tener todo profesional en el ejercicio de sus funciones frente a la sociedad que lo rodea.

 
Objetivos (Propósitos) 
 
 

El objetivo es darnos cuenta de cómo debemos actuar en la vida laboral. Pasan a formar parte de los objetivos los que mencionaremos a continuación:
Crear confianza hacia su persona como profesional, así como frente a la sociedad que lo rodea.
Tratar de alcanzar las metas propuestas en el desarrollo de la profesión elegida. 
Conocer los diferentes rasgos que debe tener una persona en cuanto al aspecto profesional.
Lograr ser un profesional que conoce al máximo sus deberes y derechos para darse por entero a su función laboral.




Introducción

 

La Ética es un concepto que encierra un gran significado, tanto en el ámbito personal como en el ámbito profesional. Mediante ésta se hace posible un orden personal y, así mismo, conlleva a un orden público en general. Con la ausencia de este factor en cada uno de los diferentes aspectos en que nos desenvolvemos, se crearía una serie de problemas que tendrían como consecuencia un desorden personal en cada ser humano, lo que no traería resultados muy desagradables. Es por tal razón que debemos trabajar con más eficacia la moral con la que realizamos nuestros trabajos para resolverlos lo más correctamente posible, siempre y cuando podamos cumplir nuestros deberes como profesionales y podamos exigir nuestros derechos como tales.
Existen diferentes deberes y derechos que debemos tomar en cuenta, pero el que ahora nos concierne es el secreto profesional, donde cada profesionista no tiene derecho de divulgar información que le fue confiada para poder llevar a cabo su labor; esto se hace con el fin de no perjudicar al cliente o para evitar graves daños a terceros.
A continuación, veremos de una forma más amplia y detallada qué es la Ética profesional, la responsabilidad y el secreto profesionista.


La Ética Profesional



El vocablo ética proviene del griego y tiene dos significados. El primero procede del termino éthos, que quiere decir hábito o costumbre. Posteriormente se originó a partir de éste la palabra êthos que significa modo de ser o carácter. Aristóteles considera que ambos vocablos son inseparables, pues a partir de los hábitos y costumbres es que se desarrolla en el hombre un modo de ser o personalidad.
Su sinónimo latino es moris, de donde deriva el término moral. Tanto la ética como la moral señalan la línea demarcatoria entre lo lícito y lo ilícito, lo correcto y lo incorrecto, lo aceptable y lo inaceptable.
La ética anida en la conciencia moral de todo ser humano y le sirve de motor, de freno o de dirección, según los casos, al momento de actuar. Por otra parte, el comportamiento ético, lo que llamamos rectitud, no es ingrediente ajeno al ejercicio profesional, como la pintura de una casa que es sólo un aspecto decorativo del cual puede prescindirse. El elemento ético es un componente inseparable de la actuación profesional, en la que pueden discernirse, al menos, tres elementos:
 
    > Un conocimiento especializado en la materia de que se trata
    
>una destreza técnica en su aplicación al problema que se intenta resolver y

    >un cauce de la conducta profesional, cuyos márgenes no pueden ser desbordados sin faltar a la ética.

Hay quienes atropellan, conscientemente y sistemáticamente, esos márgenes, la mayoría de las veces, no por un afán de lucro inmoderado (como ocurre en otras profesiones), sino porque en el accionar diario las instancias de control se difuminan en beneficio de una mal entendida “convivencia armónica”; muchas veces a estos colegas se les califica como profesionales que están faltando a la ética sin que exista un Código Profesional que sancione o respalde lo enunciado.
El resto, por fortuna aún la mayoría, somos simplemente profesionales de la educación que en forma natural hemos asumido entre otras las siguientes normas de convivencia:
    Aceptar que la primera idea que debe venir a nuestra mente en el momento de enterarnos de actividades profesionales “poco claras o ambiguas” realizadas por un colega, será la consideración de esas actividades como realizadas por un profesional fraterno. El imperativo nos dirá: Se abstendrá absolutamente de utilizar adjetivos que representen un juicio subjetivo acerca de lo realizado previamente por un colega.
    Evaluará todo trabajo profesional realizado por otros desde una perspectiva objetiva, crítica y amistosa; otorgará el beneficio de la duda y considerará siempre que la información y las circunstancias, en cada caso, muchas veces no son tan claras y evidentes como lo son una vez que el problema ha evolucionado hasta el momento en que se hace una segunda valoración. El imperativo nos dirá: Se abstendrá de emitir juicios condenatorios o de valor sin antes cerciorarse si se han hecho las indagatorias y verificaciones que el caso amerite.
    No es ético, y si es dañino el menosprecio de un texto, por razones maliciosas, respecto de su capacidad profesional, su conocimiento, sus calificaciones, sus habilidades o enjuiciar los servicios o acciones de otro, ni tampoco lo es la implicación con palabras, gestos o acciones de que un colega, frente a un hecho determinado ha sido mal o inadecuadamente manejado. La utilización de este impropio menosprecio con propósitos de inducir a un directivo, colega o funcionario a emitir juicios reprobatorios es totalmente condenada.
    Debe el mayor respeto al trabajo de sus colegas de profesión, consecuentemente, evitará por todos los medios a su alcance y bajo cualquier circunstancia, lesionar con acciones o palabras (ni mucho menos difamar) el buen nombre y el prestigio de sus compañeros de profesión ante los demás, las autoridades,  los medios de comunicación y la sociedad en general.
Dicho de otra manera, las relaciones del profesional con sus colegas han de estar fundadas en los principios de lealtad, mutuo respeto, consideración y justa solidaridad, deberá evitar toda expresión o juicio que pueda ir en mengua de su reputación y prestigio; se solidarizará con aquel cuya labor sea deficiente, sin desnaturalizar ni desprestigiar su producción.
La ética profesional está constituida por el conjunto orgánico de derechos y obligaciones morales, deriva sus finalidades y normas específicas, de la condición básica de persona en armonía con los anexos que implican exigencias del bien común.
El objetivo de la ética en el terreno de la práctica profesional, es principalmente, la aplicación de las normas morales, fundadas en la honradez, la cortesía y el honor.
El hombre como ente social tiene misiones que cumplir para hacerse útil dentro del ámbito donde se desenvuelve. La formación profesional es un esfuerzo del individuo para el logro de un rango intelectual, que le permitirá una calificación superior y eficiente, así, ganará como tal la obligación de disponerse, en toda ocasión, a devolver a la sociedad, algo de lo mucho que a ella debe reconocerle. Esto justifica lo que no se puede dudar: el profesionalismo es el orgullo de una sociedad y el triunfo de su futuro.    
                                               

Importancia de la Ética Profesional

 

Es verdad que la formación ética llega a veces por otros cauces; y que la mejor enseñanza moral proviene del ejemplo y no del mero discurso. Pero cada profesión afronta problemas conductuales específicos que difícilmente se podrán resolver correctamente si no se les ha previsto y analizado en la etapa formativa, por eso mismo existen los Códigos de Ética de cada profesión, sin perjuicios de los principios y normas de la Ética General.
No debemos olvidar que toda profesión no es sólo un modo de ganarse la vida y realizarse personalmente. También las profesiones tienen un fin social y éste consiste en servir adecuadamente a cada una de las necesidades que la sociedad debe satisfacer para posibilitar el bien común.
De esta manera, las actuaciones contrarias a la ética no sólo dañan a quienes las sufren sino, principalmente,  a la comunidad  humana en que acontecen.
Deberes y derechos del profesional
En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una situación que le confiere deberes y derechos especiales, como se verá:  
                                                                                                                                                      
Derechos:

La Vocación. La elección de la profesión debe ser completamente libre, debe entenderse como la disposición que hace al sujeto especialmente apto para una determinada actividad profesional. Quien elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la mitad del éxito en su trabajo.

Finalidad de la Profesión. La finalidad del trabajo profesional es el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo está siempre orientada a un mejor rendimiento, dentro de las actividades especializadas para el beneficio de la sociedad. Sin este horizonte ni esta finalidad, una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor, o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio sujeto.

El beneficio propio. Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y utilidad de la profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es porque todo el mundo se inclina por naturaleza a la consideración de su provecho personal.

Capacidad profesional. Un profesional debe ofrecer una preparación especial en triple sentido: capacidad intelectual, capacidad moral y capacidad física.

           > La capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar trabajos especializados. Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios universitarios, pero se deben actualizar mediante la bibliografía, las conferencias y las consultas a bibliotecas.

            > La capacidad moral es el valor del profesional como persona, lo cual da una dignidad, una seriedad y determinada nobleza a su trabajo. Abarca no sólo la honestidad en el trato, en los negocios, en el sentido de responsabilidad para el cumplimiento de lo pactado, sino además, la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera profesional en un horizonte mucho más amplio.

             > La capacidad física se refiere principalmente a la salud y a las cualidades corpóreas, que siempre son  necesarias cultivar, como buenos instrumentos de la actividad humana.

Deberes :

 
Los Deberes Profesionales. El profesional debe propiciar la asociación de los miembros de su especialidad. La solidaridad es uno de los medios más eficaces para incrementar la calidad del nivel intelectual y la moral de los asociados. En fin, se le exige actuar de acuerdo con la moral establecida. Por tanto, debe evitar defender causas injustas, así como usar sus conocimientos como instrumento de agresión y de vicio. Además se abstendrá de producir artículos o dar servicios de mala calidad, hacer presupuestos para su exclusivo beneficio, proporcionar falsos informes, etc. Cuando un profesional tiene una conducta honesta, dentro y fuera del ejercicio de su profesión, atraerá confianza y prestigio, lo cual no deja de ser un estímulo que lo impulsará hacia el recto ejercicio de su carrera.
Por ende, cada profesional tiene la indeclinable obligación de convertirse en medio ejecutor de sus deberes. Para ello le es ineludible disciplinar sus actuaciones técnicas y científicas, perfeccionar su carácter y fortalecer su conducta dentro de las normas éticas. Este es el medio más apropiado para organizar una verdadera actuación profesional.
Entre los principales deberes profesionales podemos mencionar: honradez, honestidad, estudio, investigación, cortesía, probidad, independencia, discreción, carácter, distribución del tiempo, equidad en el cobro de honorarios, prestigiar la profesión, cuidar de su cultura, puntualidad, solidaridad, etc.


Responsabilidad del profesional

 

La responsabilidad debe trazar el rumbo hacia los actos aceptables, hacia las acciones fecundas, actos justos y conscientes, reveladores de la buena fe y la capacidad profesional.
El profesional que se hace cargo de determinada tarea o trabajo propio de su carrera, asume con responsabilidad ante quien le hace la encomienda. Debe tratarlo con el cuidado que le impone su dignidad de profesional, estudiarlo con dedicación, tratarlo con interés técnico y resolverlo conforme a los medios y conocimientos que su real saber y entender le dictan. Sin embargo, puede que se tengan dudas respecto al resultado del problema planteado en el asunto, razón suficiente para que, por el mismo sentido de responsabilidad profesional, recurra a la consulta y a cualquier fuente orientadora para darle la adecuada terminación; pues lo censurable sería devolver al cliente una respuesta sin fundamento o errada, por falta de diligencia o dedicación.
La responsabilidad profesional se manifiesta en la postura de sinceridad demostrada cuando se prefiere rechazar un trabajo del que no se está consciente o con el cual se puede poner en juego su prestigio.
 


Conclusión

 

Para concluir, el buen empleo y uso de los conocimientos morales e intelectuales que nos provee la ética como dogma de comportamiento, es la clave que nos llevará al éxito, no sólo como personas, sino también como entes que desempeñamos funciones en una sociedad en la que cualquier manera de pensar o actuar nuestra influirá de manera directa o indirecta.



Bibliografía

 


  • “Etica en la Profesión: La conexión ética”.- Jorge Carlos Beneito sj. Universidad Pontificia Comillas ICAI - ICADE Departamento de Pensamiento Social Cristiano. Madrid España.

  • Enciclopedia Microsoft Encarta 2000.

  • Diccionario enciclopédico Larousse

  • Enciclopedia Quillet.

  • www.yupimsn.com

  • www.altavista.com

  • www.google.com


No hay comentarios.:

ESPECIAL "EITI LEDA" PARA MÍ

INTERESANTE

Nosotros...

https://m.facebook.com/saynorah