02 agosto 2012

LOS REQUISITOS DEL AMOR VERDADERO por Sergio Sinay

* La primera condición es recuperar el uso de la primera persona, del “yo”: “yo amo”, “yo siento”, “yo sufro”. Hacerse responsable de uno mismo. Dos seres que se consideran incompletos sin el otro no pueden configurar un “nosotros”. Dos seres que no empiezan por ser “yo” jamás podrán saber quién es “tú” ni convertirse en “nosotros”.

* El verdadero amor nace del desapego. La dependencia no es amor.

* No sientas por el otro, no pienses por el otro, no adivines por el otro. Habla por ti, habla de ti, hazte cargo de ti mismo. No confundas amor con confluencia.

* La existencia del “alma gemela” es un mito. Sólo las diferencias pueden generar, sostener y nutrir un amor profundo y creativo.

* Gracias a las diferencias entre los amantes, el amor se convierte en una experiencia de conocimiento. Lo desconocido genera curiosidad y aprendizaje.

* No se trata de limar las diferencias que existen entre ambos sexos, sino de aceptarlas, respetarlas e integrarlas.

* Dos personas que fundan un amor son dos que fundan un país nuevo en un territorio virgen. Pueden hacerlo sometiendo uno de ellos al otro, batallando para conseguir más poder. Pero también pueden hacerlo nutriéndose de la diversidad que puede generar un mundo nuevo.

* El amor es posible cuando nace respetando las diferencias que cada uno aporta.

* La integración de la diversidad en la relación debe ser una cuestión de principios innegociable e irrevocable.

* Sin embargo, no debemos pretender conocer todas y cada una de nuestras diferencias. Habrá partes esenciales del otro que jamás podremos alcanzar. Esas partes constituyen el misterio necesario para que la llama del amor siga viva.

* Un misterio no es lo mismo que un secreto. El misterio se nutre de aquello de cada uno que es intransferible y único. Somos misteriosos sin proponérnoslo. El secreto es algo que se oculta a sabiendas. Es difícil convivir demasiado tiempo ocultando algo al otro. Esto puede deteriorar el vínculo de manera irremediable.

* Debo reconocer que en mí hay misterios inexplicables para el otro, cosas que no puede comprender.

* Debo renunciar a intentar desentrañar todos los misterios del otro, porque hay cosas de él que jamás llegaré a conocer.

*Antes de intentar cambiar al otro, es preferible cambiar de pareja.

* La “tolerancia” es una trampa. El tolerante se cree mejor que el tolerado, se siente por encima del otro, genera sumisión. La tolerancia es intolerable, porque implica que uno no acepta al otro tal como es.

* Tolerancia y aceptación no son sinónimos. Sólo puedo aceptar al otro si me doy cuenta de que es distinto, de que nuestras diferencias nos hacen valiosos y generan el misterio necesario para que exista el amor.

* Cuanto más se prolonga en el tiempo una relación, más se asientan las diferencias. Si podemos aceptarnos así, crecerá el amor.

* La aceptación no es lo mismo que la resignación. El resignado se da por vencido sin que, ni siquiera, el otro se sienta vencedor. Y en el amor no hay vencedores y vencidos.

* Para aceptar hace falta buena fe. Cuando acepto al otro doy por sentado que nada de lo que hace, dice, siente o piensa se basa en el engaño ni en la manipulación. Parto de la creencia en su buena fe y hago de eso una cuestión de principios.

* La aceptación me libera de la necesidad de cambiar al otro y me hace libre del peligro de que el otro quiera convertirme en lo que no soy.

* El amor a primera vista es un mito. Según este mito, todo ocurre en el momento, sin procesos ni transcursos, como por arte de magia. Pero el verdadero amor se desarrolla, parte de una semilla, atraviesa luces y sombras.

* No hay que confundir el enamoramiento con el amor. Transformarlo en amor es un proceso que lleva tiempo.

* Para que el fuego de la pasión se convierta en brasas incandescentes se necesita tiempo.

* No podemos esperar que la persona que amamos sea siempre como es hoy.

* Hay que aceptar que después de un momento de alta intensidad amorosa pueda surgir un periodo de menor intimidad.

* Evita hacer promesas amorosas “para siempre”. El amor eterno se construye cada día.

* El tiempo es un factor positivo: nutre y libera, da oxígeno y esperanza.

* La “búsqueda del amor” es una trampa. El que busca, encuentra. Lo que no se puede anticipar es qué, a quién, cómo y a qué precio.

* Cuando el objetivo es “encontrar pareja”, me olvido de mirar al otro y puedo darme de bruces con un espejismo.

* No puedes hacerte responsable de la felicidad del otro. Pero sí eres responsable de no engañar ni manipular.

* La responsabilidad es la capacidad de hacerse cargo de la propia vida. Esto es básico para que exista una relación de amor verdadero.

* Encontrar compañía no es el punto final de una búsqueda amorosa. La compañía es el inicio, la consolidación y el punto de partida de una relación de amor.

* Si mi camino está pavimentado de conciencia y sinceridad, encontraré a mi acompañante. Será alguien que va en mi misma dirección por decisión propia.

* No existen almas gemelas. Existen almas complementarias.

* Un desacuerdo no significa que uno esté equivocado y el otro tenga razón, sino que piensan diferente y tienen perspectivas distintas.

* Hay que hacerse una pregunta clave: “¿Para qué estamos juntos?”. La respuesta siempre será saludable.

* En el amor debe darse una permanente siembra y cosecha.

* La persona a quien amamos nos enseñará cómo amarla. Podemos escuchar cuáles son sus necesidades, conocerlas y comprenderlas.

* Nosotros somos quienes enseñaremos a la persona amada a que nos ame del modo en que necesitamos.

* Hay que escuchar y mirar al otro. Si no, pueden pasarte desapercibidos sus gestos y palabras de amor.

* Cuando no te sientas amado como necesitas, díselo.

* Lo que haces por su bienestar genera el tuyo. Lo que él o ella hace por tu bienestar repercute en el suyo.

* El objetivo no debe ser lograr una convivencia prolongada, sino una convivencia armoniosa. Además, lo segundo es el camino de lo primero.

* El amor es experimentar la libertad de no estar atados a un mandato.

* Los hijos no unen, en todo caso son el fruto de estar unidos.

* Cuando el amor fecunda un vínculo y echa raíces, la fidelidad es una consecuencia natural.

* No hay una frecuencia “normal” para la actividad sexual. Cada pareja encuentra la suya y el ritmo adecuado es aquel con el cual la pareja es feliz sin tener que dar explicaciones ni rendir exámenes.

* La creencia de que las mujeres priorizan el amor por encima del sexo y viceversa hace que se acentúe la división artificial de las características masculinas y femeninas. Las cosas por las que somos distintos son otras. Esta creencia genera desencuentros, sospechas y, para ambos, una sexualidad empobrecida.

* Para vivir con otro, primero es necesario aprender a vivir con uno mismo.
* La primera condición es recuperar el uso de la primera persona, del “yo”: “yo amo”, “yo siento”, “yo sufro”. Hacerse responsable de uno mismo. Dos seres que se consideran incompletos sin el otro no pueden configurar un “nosotros”. Dos seres que no empiezan por ser “yo” jamás podrán saber quién es “tú” ni convertirse en “nosotros”.

* El verdadero amor nace del desapego. La dependencia no es amor.

* No sientas por el otro, no pienses por el otro, no adivines por el otro. Habla por ti, habla de ti, hazte cargo de ti mismo. No confundas amor con confluencia.

* La existencia del “alma gemela” es un mito. Sólo las diferencias pueden generar, sostener y nutrir un amor profundo y creativo.

* Gracias a las diferencias entre los amantes, el amor se convierte en una experiencia de conocimiento. Lo desconocido genera curiosidad y aprendizaje.

* No se trata de limar las diferencias que existen entre ambos sexos, sino de aceptarlas, respetarlas e integrarlas.

* Dos personas que fundan un amor son dos que fundan un país nuevo en un territorio virgen. Pueden hacerlo sometiendo uno de ellos al otro, batallando para conseguir más poder. Pero también pueden hacerlo nutriéndose de la diversidad que puede generar un mundo nuevo.

* El amor es posible cuando nace respetando las diferencias que cada uno aporta.

* La integración de la diversidad en la relación debe ser una cuestión de principios innegociable e irrevocable.

* Sin embargo, no debemos pretender conocer todas y cada una de nuestras diferencias. Habrá partes esenciales del otro que jamás podremos alcanzar. Esas partes constituyen el misterio necesario para que la llama del amor siga viva.

* Un misterio no es lo mismo que un secreto. El misterio se nutre de aquello de cada uno que es intransferible y único. Somos misteriosos sin proponérnoslo. El secreto es algo que se oculta a sabiendas. Es difícil convivir demasiado tiempo ocultando algo al otro. Esto puede deteriorar el vínculo de manera irremediable.

* Debo reconocer que en mí hay misterios inexplicables para el otro, cosas que no puede comprender.

* Debo renunciar a intentar desentrañar todos los misterios del otro, porque hay cosas de él que jamás llegaré a conocer.

*Antes de intentar cambiar al otro, es preferible cambiar de pareja.

* La “tolerancia” es una trampa. El tolerante se cree mejor que el tolerado, se siente por encima del otro, genera sumisión. La tolerancia es intolerable, porque implica que uno no acepta al otro tal como es.

* Tolerancia y aceptación no son sinónimos. Sólo puedo aceptar al otro si me doy cuenta de que es distinto, de que nuestras diferencias nos hacen valiosos y generan el misterio necesario para que exista el amor.

* Cuanto más se prolonga en el tiempo una relación, más se asientan las diferencias. Si podemos aceptarnos así, crecerá el amor.

* La aceptación no es lo mismo que la resignación. El resignado se da por vencido sin que, ni siquiera, el otro se sienta vencedor. Y en el amor no hay vencedores y vencidos.

* Para aceptar hace falta buena fe. Cuando acepto al otro doy por sentado que nada de lo que hace, dice, siente o piensa se basa en el engaño ni en la manipulación. Parto de la creencia en su buena fe y hago de eso una cuestión de principios.

* La aceptación me libera de la necesidad de cambiar al otro y me hace libre del peligro de que el otro quiera convertirme en lo que no soy.

* El amor a primera vista es un mito. Según este mito, todo ocurre en el momento, sin procesos ni transcursos, como por arte de magia. Pero el verdadero amor se desarrolla, parte de una semilla, atraviesa luces y sombras.

* No hay que confundir el enamoramiento con el amor. Transformarlo en amor es un proceso que lleva tiempo.

* Para que el fuego de la pasión se convierta en brasas incandescentes se necesita tiempo.

* No podemos esperar que la persona que amamos sea siempre como es hoy.

* Hay que aceptar que después de un momento de alta intensidad amorosa pueda surgir un periodo de menor intimidad.

* Evita hacer promesas amorosas “para siempre”. El amor eterno se construye cada día.

* El tiempo es un factor positivo: nutre y libera, da oxígeno y esperanza.

* La “búsqueda del amor” es una trampa. El que busca, encuentra. Lo que no se puede anticipar es qué, a quién, cómo y a qué precio.

* Cuando el objetivo es “encontrar pareja”, me olvido de mirar al otro y puedo darme de bruces con un espejismo.

* No puedes hacerte responsable de la felicidad del otro. Pero sí eres responsable de no engañar ni manipular.

* La responsabilidad es la capacidad de hacerse cargo de la propia vida. Esto es básico para que exista una relación de amor verdadero.

* Encontrar compañía no es el punto final de una búsqueda amorosa. La compañía es el inicio, la consolidación y el punto de partida de una relación de amor.

* Si mi camino está pavimentado de conciencia y sinceridad, encontraré a mi acompañante. Será alguien que va en mi misma dirección por decisión propia.

* No existen almas gemelas. Existen almas complementarias.

* Un desacuerdo no significa que uno esté equivocado y el otro tenga razón, sino que piensan diferente y tienen perspectivas distintas.

* Hay que hacerse una pregunta clave: “¿Para qué estamos juntos?”. La respuesta siempre será saludable.

* En el amor debe darse una permanente siembra y cosecha.

* La persona a quien amamos nos enseñará cómo amarla. Podemos escuchar cuáles son sus necesidades, conocerlas y comprenderlas.

* Nosotros somos quienes enseñaremos a la persona amada a que nos ame del modo en que necesitamos.

* Hay que escuchar y mirar al otro. Si no, pueden pasarte desapercibidos sus gestos y palabras de amor.

* Cuando no te sientas amado como necesitas, díselo.

* Lo que haces por su bienestar genera el tuyo. Lo que él o ella hace por tu bienestar repercute en el suyo.

* El objetivo no debe ser lograr una convivencia prolongada, sino una convivencia armoniosa. Además, lo segundo es el camino de lo primero.

* El amor es experimentar la libertad de no estar atados a un mandato.

* Los hijos no unen, en todo caso son el fruto de estar unidos.

* Cuando el amor fecunda un vínculo y echa raíces, la fidelidad es una consecuencia natural.

* No hay una frecuencia “normal” para la actividad sexual. Cada pareja encuentra la suya y el ritmo adecuado es aquel con el cual la pareja es feliz sin tener que dar explicaciones ni rendir exámenes.

* La creencia de que las mujeres priorizan el amor por encima del sexo y viceversa hace que se acentúe la división artificial de las características masculinas y femeninas. Las cosas por las que somos distintos son otras. Esta creencia genera desencuentros, sospechas y, para ambos, una sexualidad empobrecida.

* Para vivir con otro, primero es necesario aprender a vivir con uno mismo.

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