02 mayo 2009

SUBIENDO HACIA ATRÁS


«¡Cuidado con esa silla!¡Cuidado con esa mujer!» decía en una entrevista el profesor.
Algo me desplazaba hacia el miedo o el espanto...y casi siempre uno se despierta...
Se traducía en los sonidos y los 22 libros de la Colección de Clarín sobre el moblaje de la pieza, antes de la salida.Creo que puse en primer lugar Las Armas Secretas y así me quedé escribiendo el cuento de una sentada...
Tantas veces me había bastado asomarme al boulevard, pero hoy no tenía cómo reaccionar.
En esa pesadilla entré a investigar: los FEMA camps, chemtrails, las farmacéuticas, el plan de reducción mundial, los planes de la 3ª. guerra mundial, intereses sionistas y era mucho.Sí, mucho dolor creer que todo podía ser la cruel verdad...
Mi interpretación era que todo era el resultado de una pesadilla que se oía espantosa e indefinida...Coitus Interruptus...No sé señores, pero era la tristísima estación de tomar conciencia de ese terrible León que era ella, esa mujer que no quisiera ni mencionar, lanzándote un mundo de signos con posibles explicaciones.
Edith Aron, la maga de Cortázar decía «Hay cosas que no le perdono a Julio» y ella sabría porqué; quién mas...
Entonces...Benditos poemas que regresan desde mis más ingratas neuronas...
Se erizaba el vello de toda mi piel
cada mañana en que lo veía,
cada tarde en que me hablaba.
Han venido marchitos del recuerdo:
la materialidad de lo infinito,
la luna apuntillada,
las caricias
y el acostumbrado fragor…

¡Amor inexpugnable!,
amor huido del campo de batalla,
risueño,
con un poco de lentitud y tristeza!


Si yo pudiera contar lo bello que resultaba aquel escape de Final Fantasy...Las mil grullas...algunas lágrimas vengativas y una historia de amor enmarcando la futurología de aquella contienda mundial que se debatía en cada uno de nuestros corazones.
Yo tampoco recordaba qué era importante de él, hasta que volví a saber de un boulevard bajo la lluvia, llevándolo del brazo. Sólo que esta vez, para mí, era pasar de querer salvar el mundo a suplicar piedad, buscar un asidero y recibir el tajo que cercena mi cara.Más tarde, defenderse bebiéndose las formas de lo cotidiano subiendo y subiendo como una nube que está queriendo mirar más allá...
«¡Cuidado con esa silla!¡Cuidado con esa mujer!» decía en una entrevista el profesor.



Copyright (C) Nora M. Peralta 2003-2009 Norah Perlatt by Nora M. Peralta-Luis Guillón,Buenos Aires,Argentina.





1 comentario:

Gildo Kaldorana dijo...

Si es que el amor.....
Otro signo de que no se puede vivir indiferente....
(haciendo un poco eco del otro post).
Venga pues, salud y suerte.

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